sábado, 2 de enero de 2021

Comidas que son medicinas y al revés

  
La gente se ríe cuando lo digo, pero es porque no entienden. La gente es de ideas fijas, y para ellos una comida es una comida, y una medicina, una medicina. Pocos son capaces de comprender que hay comidas que son medicinas, y medicinas que son comidas. Ejemplo de esto último es la cerveza, tan ponderada en los tiempos que corren, que era considerada medicina por sus inventores (los antiguos egipcios; ellos la llamaban heneket, de donde parece que deriva eso de heineken) y en efecto la consideraban como medicina (los médicos la recetaban como panacea para la mayor parte de las dolencias) y como alimento, o al menos se la facilitaban a esclavos y trabajadores para que mejoraran su rendimiento.

El caso inverso, es decir, el de una comida que al propio tiempo es una medicina, es el del gazpacho (o el del salmorejo, que viene a ser tan parecido que da igual hablar de uno o de otro). Sus virtudes terapéuticas son bien conocidas. El tomate (parte fundamental de estos dos preparados) tiene de todo: vitaminas y minerales, amén de otras sustancias muy agradables y beneficiosas para el cuerpo humano y el sistema inmunitario en general. Tome usted mucho gazpacho (en invierno, en verano, en Navidad, en Nochevieja, en Reyes, en la Virgen, en san José o en el solsticio de verano, da igual) y comprobará cómo los microbios no pueden con su organismo.

(Esta es una recomendación gratuita.)

Y para rematarlo añadiré que estamos hablando de algo que se sitúa a medias entre una medicina exquisita y la codiciada pócima de la perenne juventud, eso de lo que tanto se habla pero nadie sabe dónde está. Si le das duramente y sin desmayo, vas rejuveneciendo, y al final se te queda este aspecto, más o menos.

 


   Manera de hacerlo
   Ingredientes: un kilo de tomates rotos, dos pimientos verdes rotos, uno rojo y mediano, una cebolla gorda en trozos, dos o tres dientes de ajo, un pepino pelado y en rodajas, pan duro a su gusto y bastante aceite del mejor, amén de sal y algo de vinagre.

Se puede hacer con minipimer, pero aún mejor con una túrmix. Se licúa todo lo que se pueda, y a continuación se pasa por el pasapuré para quitarle lo que sobre, las pieles sobre todo, pero este paso es optativo: la túrmix lo deja suficientemente líquido, y las pieles tienen muchas vitaminas.
   El líquido que consigues es el renombrado gazpacho… y ya me diréis si es medicinal o no. De la cerveza no digo nada más, porque eso lo sabe todo el mundo.

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 De paso, mira ESTO, y ya metidos en gastos, ESTO OTRO.

 

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