Érase una vez... que no había photoshop. Sí, porque antes de
esta era electrónica que vivimos hubo una larga época en que las cosas se
hacían con las manos, y si se trataba de transformar fotos se recurría a
pinceles, acuarelas, tijeras, lápices de colores, espráis, rotuladores gordos y
finos, kalquitos... ¿Os acordáis de lo que eran los kalquitos?
A mí me dio por ahí, y me harté de emborronar fotografías
hasta, con los años, conseguir unos resultados más o menos aceptables, algunos
ejemplos de lo cual traigo hoy aquí para que se vea cómo era lo que cuento.
Casi todas las fotos que van a continuación son fotos en
blanco y negro y viradas antes de pintar, unas al sepia, otras al azul y sepia,
y otras al azul y rosa. El motivo es que se pintan mucho mejor (en realidad, se
entonan) si se trabaja sobre copias viradas que sobre las que se dejan en su
estado natural.
El enlace para verlo es el siguiente:
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Y hablando de todo un poco, para los que les guste leer...:
De paso, podéis mandar el enlace a quien queráis.
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