Es muy parecido al gazpacho. El procedimiento es el mismo, machacarlo
todo, aunque difiere en los componentes. El salmorejo no es sino ajo,
pan y tomate, todo triturado y hecho una pasta –para lo que se puede
utilizar la túrmix o la minipimer, aunque lo auténtico sería hacerlo en
un mortero y dejarlo bastante pastoso– y añadido de aceite y sal. Debe
quedar bastante espeso, y no casi líquido como el gazpacho, y una vez
servido en los recipientes en que se vaya a tomar, se adorna por encima
con un picadillo de jamón y huevo cocido, amén de unas gotas de aceite
crudo.
Hay quien utiliza los mismos elementos que para el
gazpacho, lo dicho más cebolla, pepino y pimiento –o sólo alguno de
ellos–, pero eso sería un salmorejo sui géneris.
El gazpacho, el
salmorejo y la pipirrana, son en principio la misma cosa, es decir,
llevan muy parecidos ingredientes, aunque difieren en su consistencia.
El gazpacho, tras haberlo triturado todo, debe quedar casi líquido; el
salmorejo, pastoso, y la pipirrana más o menos sólida, todo muy picado
pero sin aplastarlo.
martes, 15 de marzo de 2016
Salmorejo
Camargo Rain, de quien en ocasiones se dijo que era marciano –aunque en general se le tildara sólo de perro verde–, fue sucesivamente estudiante, ala pívot (en el colegio), cabo rojo, escritor de columnas periodísticas, aficionado a la cerveza y otras hierbas, cocinero y músico por afición, maestro de turistas, correcaminos, fotomatón, defensor de la gramática, observador de los cielos estrellados..., pero comenzaré de nuevo porque me estoy liando.
Camargo Rain, que tiene de todo –menos vergüenza–, aparte de hacer un millón de fotos también ha ejercido otras industrias, de las que la menor no ha sido la de escribir novelas, novelas de aventuras diversas, unas ambientadas en la época actual y otras en la más lejana de las lejanías..., novelas de aventuras múltiples para quienes leen con los ojos, que es lo habitual, pero también para quienes lo hacen con los pies (deseando que dejen de hacerlo), que son abundantes; para quienes tienen hambre –que asimismo puede ser de lectura–, y para quienes de improviso necesitan un rato de diversión...
Además, por si lo anterior fuera poco: ¿no es cierto que todos llevamos pintado en la cara cuanto hemos pensado a lo largo de la vida?
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