sábado, 20 de marzo de 2010

La Gran Vía madrileña

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Hace 100 años que comenzó a construirse la Gran Vía madrileña en un lugar ocupado por un barrio antiguo (galdosiano, se podría decir) de casas viejísimas y callejas retorcidas. Se derribó todo y se delineó esta avenida, que, en su tiempo, llamó la atención. Tengo información de primera mano sobre semejante obra, puesto que en aquellos entonces (es decir, mientras duraron los trabajos, y duraron bastantes años), mi padre vivía en un tercer piso de la calle Preciados con vuelta a la plaza del Callao, y desde su balcón (y durante su infancia) pudo observar a su antojo el desarrollo de tantas y tan complicadas labores. Contaba, por ejemplo, que él asistió en directo al nocturno e inesperado desplome y derrumbamiento de uno de los edificios (rascacielos, se decía entonces, y creo que se refería al Palacio de la Prensa) que entonces se estaban levantando.

Yo no tengo fotos tan antiguas, pero pongo esta que está tomada en marzo de 1985, o lo que es lo mismo, hace exactamente 25 años. Yo creo que tiene bastante ambientillo, y es que la Gran Vía, calle ideada y construida durante los años veinte del pasado siglo, tiene un algo especial y es uno de mis lugares preferidos para revolver y caminar (y tomar cañas, como es lógico) cada vez que paso por Madrid (ciudad que conozco bien, puesto que viví en ella 30 años).