En la esquina nordeste de la provincia de Santander,
entre la bahía de esta ciudad y la ría de Oriñón, se encuentra la renombrada
región a la que desde muy antiguo (quizá desde el siglo VIII o IX) se conoce
como Trasmiera, nombre que equivale a más allá del Miera, río que
la delimita por el oeste, según se puede observar en el mapa adjunto.
Es esta una demarcación de verdes y húmedos campos,
buena productora de hortalizas (pimientos, alubias) y antaño sede de las
mejores ganaderías de vacas frisonas que hubo en este país, cuyos ejemplares
ganaban todos los concursos que se celebraban en lo que durante años fueron Ferias
del campo, acontecimientos que tenían lugar en Madrid.
Hoy no queda ni traza de aquello, pues nuestra
entrada en la Comunidad Europea trajo numerosos quebrantos, como el capricho de
franceses y otros europeos de quedarse en exclusiva con el negocio de la leche,
pero subsisten el paisaje y las glorias pasadas, y se me ha ocurrido ilustrarlo
con unas cuantas fotos que van aquí debajo.
Quien tenga ocasión de visitarlo comprobará que no
ha perdido el tiempo, por lo bonito que es, aunque pocas vacas va a
encontrar...